CIUDAD DE MÉXICO a 30 de Diciembre de 2017.– Al menos 11 personas, entre ellos dos recién nacidos y cinco ancianos, fallecieron por hambre y por frío en la zona montañosa de Chiapas, en el sureste de México, donde5,000 indígenas mantienen un campamento improvisado luego de serdesplazados por grupos armados.“Ya hubo muertes entre los desplazados. Son 11 (entre ellos niños y ancianos)”, dijo el padre Gonzalo Ituarte, quien forma parte de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, una sede católica que denunció a finales de noviembre que indígenas del municipio de Chalchihuitán estaban acampando en la intemperie tras ser amedrentados por pistoleros.Esos ataques se dieron en medio de un conflicto agrario que los habitantes deChalchihuitán mantienen con pobladores de la comunidad vecina de Chenalhó.
La agencia española EFE detalló que las personas fallecidas son dos recién nacidos, una menor de un año y seis meses, una de dos años y siete meses, dos adultos y cinco ancianos.EFE agregó que entre los desplazados hay alrededor de 200 mujeres embarazadas y 3,800 niños viviendo en una situación de riesgo.Maciel Alfaro López, delegado de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos (CMDH) en Chiapas, dijo a EFE que las comunidades desplazadas necesitan ayuda urgente de la sociedad civil, pues aseguró que «el gobierno mexicano ha hecho caso omiso ante esta situación».El alcalde de Chalchihuitán, Martín Gómez, dijo a la cadena Televisa que los desplazados están falleciendo por hambre y por frío, sumado a que no hay medicinas ni forma de trasladar a los enfermos al hospital más cercano que está en el municipio de San Cristobal de las Casas.El origen del conflicto El conflicto entre Chalchihuitán y Chenalhó se remonta a la reforma agraria de hace 40 años, que trazó una línea recta para establecer los límites territoriales de cada municipio, en lugar de respetar el recorrido natural del río que les separa.Ello conllevó un intercambio forzado de tierras entre ambos municipios que provocó un conflicto entre familias que se ha agudizado en los últimos cuatro meses con ataques armados.La diócesis de San Cristóbal de las Casasinformó el pasado 28 de noviembre que en medio del conflicto, pistoleros han saqueado, robado, quemado y han incomunicado la carretera que conecta a Chalchihuitán. Por esa razón miles de indígenas -incluidos mujeres, niños y ancianos- se refugiaron en las montañas, donde levantaron un campamento con chozas, donde duermen hasta ocho familias. RELACIONADO La violencia amenaza de nuevo a miles de indígenas en el sur de México desplazados por grupos armados Para combatir el frío de la noche, los desplazados encienden fogatas en la intemperie, puesto que muchos perdieron todas sus pertenencias a raíz de los asaltos que sufrieron por parte de habitantes del municipio rival.Desde hace meses varias organizaciones sin fines de lucro han mandado alimento a las comunidades desplazadas, es el caso de Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz), la cual señaló en un comunicado que entre los desplazados hay “muchos enfermos sobre todo niños y niñas, ancianos y ancianas, varias mujeres embarazadas. No pueden salir a buscar sus alimentos porque están bloqueados los tres caminos de salidas y entradas.A finales de noviembre, el portal Somos El Medio publicó un video donde pobladores narran que sus casas fueron quemadas, así como sus cosechas de maíz y frijol.»No vemos una acción eficaz por parte de las autoridades para solucionar esta situación de emergencia humanitaria, para atender las necesidades inmediatas y la solución de las causas», aseveró la diócesis de San Cristóbal.