Rebrotes y rebrutos CORRUPCIÓN AL ESTILO AMLO

Rebrotes y rebrutos CORRUPCIÓN AL ESTILO AMLO

Marco Antonio Aguilar Cortés
El presidente Andrés Manuel López Obrador prejuicia sin vergüenza y sin freno.
Recién, lanzó su lengua para asegurar (respecto a la administración anterior y a la extradición de Emilio Lozoya Austin) lo siguiente: “Ahí hubo gran corrupción… un cañonazo de 1,200 millones de pesos, el que sirvió para pagar la reforma energética”.

¿De dónde sacó AMLO esos datos precipitados?, ¿cómo prueba su dicho?, ¿qué norma jurídica le da atribuciones legales para sentenciar sumariamente este caso?
Ni siquiera como opinión adelantada debe un presidente de México formular aseveraciones tan lapidarias e irresponsables.
Si lo que quiso decir AMLO es que Lozoya sustrajo ilícitamente dinero de PEMEX, como director de esta empresa, para comprar votos de legisladores del Congreso Constituyente Permanente, a efecto de que aprobaran reformas y adiciones a la Carta Magna y, así, privatizar los energéticos de México, debe probarlo plenamente ante órganos jurisdiccionales competentes; y no dictar fuera de tiempo y proceso un resolutivo que no le compete.
Además, si AMLO fue capaz de mentir sobre a dónde llevaron a Lozoya a partir de su salida del aeropuerto de la Ciudad de México, de volver a falsear respecto a la inventada salud en quebranto de Emilio, y de engañar de que viene detenido, entonces, ¿cómo creerle?
Entendamos que Lozoya nunca irá a la cárcel, mientras sirva a AMLO, delatando y aportando grabaciones a contentillo del presidente.
Lo de Emilio es una charada electorera, una burla a los mexicanos, una charlotada al estilo 4T, un teatro politiquero costoso, que a nada bueno lleva al país; mientras, el desempleo, los problemas de inseguridad pública, económicos y de salud, nos conducen al desastre. Me refiero a esa “desaceleración tan súbita y profunda que no se había tenido nunca en nuestro país”, según el Banco de México.
Si el presidente Enrique Peña Nieto compró votos de congresistas federales y locales para hacer una reforma energética constitucional, ¡qué vergüenza! Esto es corrupción.
Quien compró votos, y quienes vendieron su voto deben, conforme a un debido proceso, ir a prisión.
Pero si el presidente Andrés Manuel López Obrador también compró votos de legisladores federales y estatales para hacer la contra reforma energética constitucional, ¡qué depravación! Esto igualmente es corrupción, y los responsables deben ir a la cárcel, acorde a un proceso legal y debido.
Observamos que la compra de votos no sólo se hace con dinero, sino también con promociones y favores políticos; dando cargos electorales a incapaces deshonestos, para que sirvan de títeres (como ya sirvieron), aportando su voto a favor de esa contra reforma energética, porque así lo ordenó AMLO, directa y/o indirectamente.
Ambos modelos son corrupción. Uno paga con dinero. Otro paga con poder. Tan dañoso el pinto como la morena.
¿Por quién votarías?, si todas son aguas de las mismas cañerías.
Son peor que el covid-19; en el que se ve que hay rebrotes y rebrutos.
Y desde esos fondos turbios y de malos sedimentos, AMLO afirma que “los que le han hecho daño al país son los que estudian en el extranjero… los que tienen más conocimientos… los que van a Harvard… como en El padrino de Mario Puzo”.
Otra torpeza del presidente.
Para el caso Lozoya, mejor es recordar la obra de Giovanni Arpino, ‘La oscuridad y la miel’, readaptada al inglés como ‘Perfume de mujer’, también convertida en película y protagonizada asimismo por Al Pacino; en donde al final, éste habla en la Universidad de Harvard, aseverando que “nunca se privilegie a los soplones”, delincuentes sin arrepentimiento que, a su delito, suman su falta de hombría.

Opinión