Amlo, pasmoso titiritero   EL CIRCO LA MAÑA… NERA

Amlo, pasmoso titiritero EL CIRCO LA MAÑA… NERA

Marco Antonio Aguilar Cortés
El presidente Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en un manipulador de las masas; pero ya ni las masas se dejan engañar.

A través de la propaganda (que él mismo de manera personal genera) miente de tal forma que nos deja pasmados.
Con el enorme poder que ha concentrado maneja, franca y abiertamente, a los tres poderes federales, a la mayoría de los estatales, a diversas instituciones y a muchos individuos convertidos en masa, o sea en “pueblo engañable”.
Su mañanera (que ya es más ‘maña’, que nera) se ha convertido en prueba documental pública que, a futuro, servirá para mostrar en juicio sus ilicitudes.
La voz de Andrés Manuel dice en foro nacional: “No permitiré que le quiten ni le agreguen ni una sola coma a mi proyecto para reformar la Ley de la Industria Eléctrica”.
Y ciegamente la mayoría (morenista) en las dos cámaras del Congreso de la Unión repiten como un eco vergonzoso: “No quitaremos ni agregaremos nada al proyecto del presidente para reformar esa Ley de la Industria Eléctrica; ni una sola coma se cambiará”.
Así, la mayoría de los diputados y senadores dejaron de ser (con su indignidad), los primeros, representantes populares y, los segundos, representantes de las entidades federativas, para convertirse en simples títeres o marionetas de López Obrador.
Tenemos, ya, un presidente de la república que, embadurnado por sus propios embustes, perdió la dimensión y el sentido del rumbo.
Ejemplificaré con algunas de sus mentiras.
“Según encuestas internacionales, soy el mejor jefe de estado, soy el primero o segundo lugar”.
Pero no mostró la indagación, ni señaló quién la hizo ni cuándo, ni con qué parámetros, ni quién la mandó hacer ni quién la pagó.
“Somos los mejor calificados en el mundo por la política de salud en contra del Covid-19… muchos países quieren venir para aprender… tenemos al mejor epidemiólogo del planeta…”
Pero el presidente amlo desde mayo del 2020 se proclamó como “domador de la pandemia”, y su administración indicó que llegaríamos a 6 mil muertos, porque 60 mil fallecidos por covid sería algo desastroso.
Ahora, según el gobierno federal tenemos cerca de 210 mil muertos por ese virus; y conforme a organismos internacionales contamos con cerca de 370 mil fallecidos por la pésima política de salud del gobierno de México.
Vivimos en un desorden difuso en materia de vacunas y de vacunación; pero, sobre todo, con un manejo electorero ilícito en tan delicada materia.
Al presidente no le importan los muertos que ya asesinó su catastrófica política de salud pública; él, como vil comerciante neoliberal, exclusivamente demanda votos para su partido en las elecciones de este año.
Y dentro de ese universo de mentiras inmundas, el presidente López Obrador afirmó muy horondo, al inaugurar, con farsa, un aeropuerto inexistente: “El aeropuerto Felipe Ángeles es la construcción más importante y grande en el mundo”.
Cuando lo único grande es su mentira.
Beatriz Pagés, con su aguda inteligencia, formuló una reseña crítica de esa comedia inaugural.
El titiritero amlo dispuso las maniobras de aviones sin pasajeros ni maletas, con la misma inmoralidad que maneja las vacunas.
Y para colmo, su majestad, el presidente Andrés Manuel I, decide crear un nuevo cargo público de importancia vital: “gobernador de palacio nacional”, a donde irá uno de sus favoritos.
Como ciudadano libre, he decidido: ni un voto para el autócrata monarca.

Opinión